Publicado: 30 de Mayo de 2017


La Terapia Gestalt, creada por Fritz Perls, en la década de los sesenta, tiene como objetivos llegar al auto-conocimiento y el auto-apoyo a partir de tres principios fundamentales: valoración del presente; atención y aceptación de la experiencia y desarrollo de la responsabilidad.

Lo que la Terapia Gestalt propone es, por un lado, teoría, discurso, palabra; y, por otro, experiencia, vivencia, cuerpo. Estos son los medios a través de los cuales trata de desarrollar un particular trabajo en la actitud de la persona.

La tarea terapéutica se centra en el aquí y ahora de la sesión (actitud presente), donde se invita al paciente a que conecte con su experiencia corporal y afectiva (actitud consciente), y en donde el pasado se actualiza en la medida en que uno se percata de cómo evita darse cuenta y de cómo interfiere en su espontánea relación con el mundo (actitud responsable).

Esta terapia no trata de ajustar ni adaptar a la gente a la sociedad, sino de ajustarse a uno mismo, ayudándolo a descubrir su propia forma de existir, su humanidad, su ser más íntimo y verdadero, y, por tanto, a sentirse más cómodo con su propia existencia y con su cuerpo